Las empresas hoy en día se enfrentan a escenarios cada vez más complejos
y cambiantes.
La competitividad mal entendida por parte de algunos malos competidores,
les conduce a la realización de acciones reñidas contra la moral y la ética
en los negocios. Buscan obtener el acceso ilegal a la información y el
conocimiento interno, para lograr con ello, una ventaja comercial de origen
ilícito. Ocasionan un gran perjuicio económico impactando negativamente
en la rentabilidad.
Entre las acciones más comunes de estos malos competidores se pueden encontrar:
- El hurto Información Confidencial Estratégica,
- El Espionaje Comercial,
- La Interceptación Telefónica,
- El "Sembrado de Elementos de Escucha",
- La infiltración de agentes (topos),
- El soborno y/o chantaje,
- El robo de activos físicos estratégicos,
- La promoción de conflictos y/o campañas de "chismes",
- El robo de la propiedad intelectual, entre otros.